El cambio y la transformación son inherentes a la evolución y el desarrollo. Sin embargo, la velocidad y el tiempo en que estos se dan tiende a variar principalmente por la falta de recursos o la capacidad instalada. A pesar de esto y a raíz de la pandemia, organizaciones y personas nos vimos empujadas a responder de forma más rápida y efectiva, como jamás se había visto en la historia, al cambio y a la transformación de nuestra realidad, ahora llamada “nueva normalidad”, en la cual tuvimos que reconfigurar nuestros hábitos y dinámicas sociales, a tal nivel, que la delgada línea que existe entre la vida personal y el ámbito laboral se ha vuelto cada vez más difusa y los días en que dejar la vida personal en la puerta de la organización era lo habitual, se acabaron.
Si bien las organizaciones han trabajado fuertemente para que los colaboradores tengan un balance entre la vida laboral y personal, la pandemia ha provocado una alta incorporación entre ambos mundos y millones de personas se han adaptado a ello.
El aumento en la conciencia por temas asociados a la igualdad, sin importar el color de la piel o el género, la inclusión y la equidad, han provocado más discusiones sobre cómo la identidad individual, es experimentada por todos de manera personal en el lugar de trabajo y así mismo el sentido del trabajo para las personas se ha venido transformando, llevándolas a ser cada vez más críticas sobre su empleador y su percepción del Ambiente Laboral.
Las emociones, esperanzas, frustraciones y ansiedad provocadas por la sensación deincertidumbre y el paisaje cambiante no pueden ignorarse en la jornada laboral. Desde preparar la comida, las responsabilidades propias del hogar o encargarse del cuidado de los niños, la vida está interconectada y compartida de formas nuevas y más integradas.
Entonces, ¿qué significa esto para las organizaciones?
Para que las personas y los equipos puedan aportar todo su potencial, las organizaciones deben saber escuchar y entender las necesidades de sus colaboradores, de tal forma que puedan diseñar e implementar estrategias que logren tener el mayor impacto posible en su fuerza de trabajo. Por ello, la forma de atraer, involucrar y retener el talento implica construir una cultura que aliente a los colaboradores a poner todo su ser y lo mejor de sí en el trabajo.
¿Por qué es importante el compromiso de los colaboradores?
Hablamos sobre el compromiso de los colaboradores todo el tiempo, pero ¿sabemos realmente lo que significa? Podríamos definir el compromiso como el grado en que un colaborador se identifica con una
organización, con sus metas, sus valores y desea seguir siendo miembro de la misma.
Nuestra investigación muestra que cuando los colaboradores están muy comprometidos, quieren quedarse mucho tiempo en sus lugares de trabajo, sentirse orgullosos de su organización y de su trabajo y demostrar su voluntad de ir más allá.
Es evidente que la desvinculación de los colaboradores es un verdadero desafío para las organizaciones. Hay una variedad de causas: la insatisfacción con la compensación y los beneficios, la ausencia de reconocimiento, la sensación de inseguridad psicológica y emocional, el agotamiento, entre otras.
El balance vida laboral – vida personal, impulsa la innovación y el bienestar
Para contar con una fuerza laboral comprometida, los colaboradores deben sentirse realmente conectados con la organización. Eso nunca sucederá si las personas tienen que separar su vida personal de su vida laboral.
Cuando los colaboradores tienen que sonreír y fingir solo para pasar el día, se cobra un precio enorme en todos los aspectos del bienestar.
No hacerle frente a las emociones requiere una enorme producción de energía y las personas podrían canalizar esa energía para desarrollar nuevas ideas, servir a los clientes o crear nuevos productos.
Las mejores ideas surgen cuando todos los colaboradores pueden contribuir con conocimientos desde su experiencia única y personal. Si su equipo siente que tiene que ocultar o disimular cualquier aspecto de su identidad, su negocio se verá afectado.
Se podría argumentar que esto es de sentido común. Pero no olvidemos que existen organizaciones que les han dicho a los colaboradores que dejen sus vidas personales en la puerta y que las emociones no son profesionales. La clave para impulsar a los colaboradores a que pongan todo de ellos en el trabajo es incorporar el bienestar físico y emocional como pilar de la cultura organizacional.
Empieza por generar confianza
Cuando la confianza existe en todos los niveles de la organización, las personas se
sienten libres de ser ellos mismos y no ven la necesidad de dejar parte de ellos por fuera del entorno de trabajo. Adicionalmente, con esto los colaboradores consiguen poner todo su empeño en trabajar y valoran la compañía para la que trabajan.
Esta transformación demanda un alto nivel de confianza y una cultura que la favorezca.
Las organizaciones deben cambiar su forma de pensar de “tener empleados que hagan el trabajo” a “tener personas que hagan el trabajo”.
El compromiso es responsabilidad tanto de las organizaciones como de las personas, así como la construcción de confianza mutua.